Fidel y Alekos
"Le lacrime che dai nostri occhi
Vedrete sgorgare
Non crediatele mai
Segni di disperazione
Promessa sono solamente
Promessa di lotta"
Alekos Panagulis, febrero de 1972
El 13 de agosto de 1968 Fidel Castro cumplía 42 años. 5 meses antes, el 13 de marzo, había pronunciado su célebre discurso en las escalinatas de la Universidad de La Habana: "que no se olviden jamás que esta Revolución la mantuvieron en alto un puñado de hombres, seis, siete, doce, y que la bandera de esta Revolución la mantiene enarbolada lo mejor, lo mas noble, lo mas valeroso y lo más combativo de nuestro pueblo". Los cubanos estaban comprometidos con la defensa de ese cambio que habían consolidado el 1 de enero de 1959.
Todas las luchas por la libertad se encuentran entrelazadas, son expresiones de un mismo deseo humano, de una búsqueda de un mundo en el que quepamos todos. Fidel decía "Ser internacionalista es saldar nuestra propia deuda con la humanidad. Quien no sea capaz de luchar por otros, no será nunca suficientemente capaz de luchar por sí mismo".
Entonces, vale la pena recordar que mientras Fidel cumplía 42 años, en Grecia, el joven Alexandros Panagulis, líder de la Resistencia Nacional, intentó un atentado contra el dictador griego Papadopoulos. El atentado falló, la explosión no sucedió cuando debía y Alekos fue encarcelado y torturado por el régimen griego. Sin embargo, se negó siempre a dar información a la Junta Militar, resistió durante años los vejámenes a los que fue sometido y fue condenado a muerte.
Alekos no le temía a la muerte, fue a su encuentro con la conciencia tranquila del que ha cumplido su deber, solo lamentaba que la explosión no hubiera sucedido en el momento adecuado, lamentaba no haber derrotado al tirano. Lo que no sabía Alekos era que él había triunfado de una forma sutil. Había demostrado con sus acciones que la Resistencia es algo que no solo se grita, sino que se demuestra. Cada día que pasaba en esa cárcel Alekos se consolidaba como símbolo de la libertad, como ejemplo de lucha.
A Alekos no lo fusilaron, salió de la cárcel y, años más tarde, fue asesinado mediante la simulación de un accidente automovilístico. Panagulis fue siempre incómodo, desde la Resistencia hasta su vida civil, fue perseguido y señalado, pero guió su vida con principios fuertes y no traicionó jamás su objetivo. Ese fue su gran triunfo, su verdadera victoria.
Hoy se cumplen 50 años de la acción de Alekos, de la acción fallida y del inicio de la condena de un hombre que encarnó la libertad sin someterse nunca. También se cumplen 92 años del nacimiento de Fidel, símbolo latinoamericano de la lucha por la liberación.
Puede que estos dos hombres no se conocieran, puede que la única coincidencia haya sido la fecha del 13 de agosto. Sin embargo, todas las luchas revolucionarias son una sola y se condensan en el mismo grito ¡vida y libertad!


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